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lunes, 28 de noviembre de 2016

Arte romántico. Cuadros


Comentario de una obra pictórica.

Debéis realizar un comentario sobre uno de los cuadros que aparecen a continuación. El cuadro que os corresponde será aquel que tenga vuestro número de la lista de clase. El comentario se realizará de forma oral y deberá contener las siguientes partes:

1. Localización: nombre del cuadro, autor y fecha.
2. El Romanticismo: breve introducción sobre este movimiento.
3. Autor: algunos datos sobre la biografía y la obra del autor.
4. Comentario pictórico: cuál es el tema de la obra, técnica pictórica utilizada, significado de la obra, uso de colores, cómo refleja las características del Romanticismo....y todo aquello que creáis interesante sobre la obra.
5. Opinión personal argumentada sobre el cuadro.

    CUADROS DEL ROMANTICISMO

   1.  Tristán e Isolda (WATERHOUSE)
   2.  Santa Eulalia (WATERHOUSE)
   3. The Lady of Shalot  (WATERHOUSE)
   4.  Tisbe (WATERHOUSE)
   5.  Iglesia de San Juan de los Reyes, Toledo (JENARO PÉREZ VILLAAMIL)
   6.  El beso (HAYEZ)
   7.  El suicidio romántico  (L. ALENZA)
   8.  Caminante junto al mar de niebla (FRIEDRICH)
   9.  La balsa de la medusa (GERICAULT)
  10. La libertad guiando al pueblo (DELACROIX)
  11. La matanza de Quíos (DELACROIX)
  12.El naufragio del Esperanza (FRIEDRICH)
  13. La luna saliendo a la orilla del mar (FRIEDRICH)
  14. Abadía en el robledal (FRIEDRICH)
  15. Abadía de  Melrose (TURNER)
  16. The execution of Lady Grey (PAUL DELAROCHE)
  17. El dos de mayo (GOYA)
  18. Fusilamiento del tres de mayo (GOYA)
  19. Dos viejos comiendo sopa (GOYA)
  20. Saturno devorando a su hijo (GOYA)
  21. Pescadores en el mar (TURNER)
  22. Pesadilla nocturna o La pesadilla (FUSSILI)
  23. Los poetas contemporáneos (ESQUIVEL)
  24. Princesa Tarakanova (FLAVITSKI)
  25. La primera hazaña del Cid (JUAN VICENS COTS)
  26. La leyenda del Rey Monje (JOSÉ CASADO DEL ALISAL)
  27. Doña Juana la Loca (FRANCISCO PRADILLA)
  28. Mujeres de Argel en su habitación (DELACROIX)
  29. La joven mártir (DELAROCHE)

miércoles, 23 de noviembre de 2016

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Realismo. Actividades


1) Lee estos textos y contesta a las preguntas.
Texto A

Después de recorrer dos lados del corredor principal, penetraron en una especie de túnel en que también había puertas numeradas; subieron como unos seis peldaños, precedidas siempre de la zancuda, y se encontraron en el corredor de otro patio, mucho más feo, sucio y triste que el anterior. Comparado con el segundo, el primero tenía algo de aristocrático y podría pasar por albergue de familias distinguidas. Entre uno y otro patio, que pertenecían a un mismo dueño y por eso estaban unidos, había un escalón social, la distancia entre eso que se llama capas. Las viviendas, en aquella segunda capa, eran más estrechas y miserables que en la primera; el revoco se caía a pedazos, y los rasguños trazados con un clavo en las paredes parecían hechos con más saña, los versos escritos con lápiz en algunas puertas más necios y groseros, las maderas más despintadas y roñosas, el aire más viciado, el vaho que salía por puertas y ventanas más espeso y repugnante. Jacinta, que había visitado algunas casas de corredor, no había visto ninguna tan tétrica y mal oliente. «¿Qué, te asustas, niña bonita? -le dijo Guillermina-. ¿Pues qué te creías tú, que esto era el Teatro Real o la casa de Fernán-Núñez? Ánimo. Para venir aquí se necesitan dos cosas: caridad y estómago».

                                                            Benito Pérez Galdós, Fortunata y Jacinta

Texto B

Ramonciño Luminoso contaría a la sazón poco más de veintiséis años, pero ya sus bigotes, sus cejas, su cabello y sus facciones todas tenían una gravedad melancólica y dignidad algún tanto burlesca para quien por primera vez lo veía. Su entristecido arqueo de cejas le prestaba vaga semejanza con los retratos de Quevedo; su pescuezo, flaco, pedía a voces la golilla, y en vez de la vara que tenía en la mano, la imaginación le otorgaba una espada de cazoleta. Donde quiera que se encontrase aquel cuerpo larguirucho, aquel gabán raído, aquellos pantalones con rodilleras y tal cual remiendo, no se podía dudar que, con sus pobres trazas, Ramón Luminoso era un verdadero señor desde sus principios -así decían los aldeanos- y no hecho a puñetazos, como otros.

                                                               Emilia Pardo Bazán, Los pazos de Ulloa

a) Ambos textos son descriptivos. ¿Qué describe cada uno de ellos?

b) Subraya los adjetivos del texto A. ¿Qué tienen en común la mayoría? ¿No crees que hay una gradación o intensificación? ¿En qué sentido?

c) ¿Qué te parecen el nombre y apellido del personaje del texto B?

d) ¿Hay un contraste entre la descripción física de Ramonciño y el comentario final del texto?

e) Subraya los elementos que te parezcan burlescos en la descripción de Ramonciño.

martes, 15 de noviembre de 2016

viernes, 11 de noviembre de 2016

Posromanticismo. Bécquer

POSROMANTICISMO. BÉCQUER

Durante la segunda mitad del siglo XIX se desarrolla un romanticismo tardío conocido como posromanticismo. En esta época se cultiva una poesía intimista que muestra una visión melancólica y pesimista.

En esta época destaca Gustavo Adolfo Bécquer. ( Gustavo Adolfo Domínguez Bastida)

Bécquer nació el 17 de febrero de 1836 en Sevilla.

Descendiente de nobles holandeses afincados en esa ciudad en el siglo XVI e hijo de un célebre pintor del costumbrismo sevillano y hermano de otro, Valeriano. Bécquer era el segundo apellido de su padre.
Estudió en el colegio de San Antonio Abad, para luego pasar a tomar la carrera náutica en el colegio de San Telmo.

En 1854 después de quedarse huérfano se traslada a Madrid.

Intentó dedicarse a la pintura y estuvo sirviendo de escribiente en la Dirección de Bienes Nacionales, donde su habilidad para el dibujo era admirada por sus compañeros, pero fue motivo de que fuera cesado al ser sorprendido por el Director haciendo dibujos de escenas de Shakespeare.

Decide dedicarse a la literatura y sufre la pobreza mientras colabora en periódicos de poca categoría.

Posteriormente entra en "El Contemporáneo" donde publicó crónicas sociales, algunas de sus Leyendas y los ensayos costumbristas Cartas desde mi celda que reúne nueve cartas escritas para el periódico El Contemporáneo publicadas entre mayo y octubre de 1864. En ese mismo año consiguió un cargo muy bien pagado, censor oficial de novelas.

Hacia 1867 escribió sus famosas Rimas y la Revolución de 1868 hizo que se perdiera el manuscrito y el poeta tuvo que preparar otro.

La poesía becqueriana transmite entusiasmo y emoción con un estilo sencillo que da cabida a sentimientos de desesperanza.

Tuvo tres hijos y se separó de su mujer en 1868.

Gustavo Adolfo Bécquer falleció el 22 de diciembre de 1870 a causa de tuberculosis agravada por una profunda depresión.

En cuanto a su obra destacan sus Rimas y Leyendas

Las Leyendas son un conjunto de narraciones publicadas entre 1858 y 1864. Estas narraciones tienen un carácter íntimo que evocan al pasado histórico y se caracterizan por una acción verosímil con introducción de elementos fantásticos o insólitos. Entre ellas se encuentra El monte de las ánimas.

Las Rimas están compuestas por 79 poemas donde se desarrollan los siguientes temas:

        - La poesía: de la rima I a la rima IX
        - El amor: de la rima X a la rima XXIX
        - El desengaño amoroso:  de la rima XXX a la rima IL
        - La soledad  y la muerte: de la rima LII a la rima LXXIX

              XXI

Hoy la tierra y los cielos me sonríen;
hoy llega al fondo de mi alma el sol;
hoy la he visto…, la he visto y me ha mirado…
¡Hoy creo en Dios!


           XXII

¿Cómo vive esa rosa que has prendido
junto a tu corazón?
Nunca hasta ahora contemplé en la tierra
sobre el volcán la flor.

              XXIII

Por una mirada, un mundo,
por una sonrisa, un cielo,
por un beso… ¡yo no sé
qué te diera por un beso!

                   XLII

Cuando me lo contaron sentí el frío
de una hoja de acero en las entrañas;
me apoyé contra el muro, y un instante
la conciencia perdí de donde estaba.

Cayó sobre mi espíritu la noche;
en ira y en piedad se anegó el alma…
¡y entonces comprendí por qué se llora,
y entonces comprendí por qué se mata!

Pasó la nube de dolor… Con pena
logré balbucear breves palabras…
¿Quién me dio la noticia?… Un fiel amigo…
¡Me hacía un gran favor!… Le di las gracias.


LXVI

¿De dónde vengo?… El más horrible y áspero
de los senderos busca:
las huellas de unos pies ensangrentados
sobre la roca dura;
los despojos de un alma hecha jirones
en las zarzas agudas
te dirán el camino
que conduce a mi cuna.

¿Adónde voy? El más sombrío y triste
de los páramos cruza;
valle de eternas nieves y de eternas
melancólicas brumas.
En donde esté una piedra solitaria
sin inscripción alguna,
donde habite el olvido,
allí estará mi tumba.























miércoles, 9 de noviembre de 2016

TEATRO ROMÁNTICO



EL TEATRO ROMÁNTICO

El teatro en el siglo XIX intentó reflejar los ideales románticos de aquella época: su visión de la vida como conflicto y un mundo de sentimientos y pasiones.

Los temas principales son el amor trágico, opuesto a las convicciones morales de la época, la lucha por la libertad y la fuerza del destino. La crueldad y la venganza discurren en estas obras, plagadas de desgracias y drama.

CARACTERÍSTICAS


- El tema básico es el amor apasionado que choca contra las normas sociales; de ahí que casi siempre acabe en tragedia. Otros temas que predominan son: la fatalidad, la venganza...

- El marco de las obras suele ser de ambiente medieval.


- Las obras se dividen en actos, entre uno y siete con métrica variada.


- Se mezcla la prosa y el verso.


- La finalidad no es educar, sino conmover.


- El héroe masculino suele ser misterioso y valiente. La heroína es inocente y fiel. Ambos están marcados por un destino fatal. La muerte es la liberación.


- Se da más importancia a la acción que a la psicología de los personajes

AUTORES Y OBRAS


1. Duque de Rivas ( Ángel María de Saavedra y Ramírez)

Nació el 10 de marzo de 1791 en el seno de una familia aristócrata cordobesa. Cursó estudios en el Seminario de Nobles de Madrid y posteriormente ingresó en el ejército. Sobresalió en la guerra de la independencia contra los franceses.

Su amistad con Manuel José Quintana le orientó hacia las artes y la participación política liberal.

Fernando VII le condenó a muerte pero escapa a Londres donde conoce la obra de Shakespeare, Walter Scott y Lord Byron. Después estuvo en Francia, Italia y Malta.

Regresó a España en 1834 tras la muerte del rey y participó de lleno en la vida política; fue embajador en Francia y directo de la Real Academia Española, desde 1862 hasta su muerte el 22 de junio de 1865 en Madrid

Su obra más conocida es Don Álvaro o la fuerza del sino (1835)

Don Álvaro o la fuerza del sino

Don Álvaro, joven de origen desconocido, lleno de virtudes, valiente y rico, llega a Sevilla y se enamora de Leonor, hija del soberbio marqués de Calatrava quien se opone al matrimonio, por lo cual don Álvaro convence a su amada para huir y casarse con él.La misma noche en que se disponen a consumar sus planes, los enamorados son sorprendidos por el marqués. Don Álvaro rinde su pistola en señal de sumisión y acatamiento, pero el arma se dispara accidentalmente. El marqués cae herido y muere maldiciendo a su hija.Los jóvenes huyen, pero en el camino los criados de ambos bandos se traban en combate. Don Álvaro es herido gravemente y pierde el sentido, pero un sirviente suyo, lo salva y lleva a lugar seguro.

El joven, creyendo muerta a Leonor en la refriega, desesperado y buscando la muerte, se enlista con nombre falso en las filas que combaten en Italia. Aquí, en un pleito entre tahúres, salva a don Carlos, hermano de Leonor, quien también pelea con nombre supuesto. Poco después, éste salva la vida a don Álvaro, que ha sido herido en el campo de batalla. Cuando más tarde ambos se identifican y reconocen, se desafían a duelo y don Álvaro mata a don Carlos.

Leonor, mientras tanto, luego de aquella terrible noche, permanece oculta durante un año en casa de una tía. Más tarde, huye vestida de hombre y hace vida de ermitaña penitente en un desierto, al amparo de un convento de frailes.

Han pasado ya cuatro años. Don Álvaro, huyendo de Italia y en acto de contrición por tantas muertes involuntarias que ha causado, retorna a España y renuncia al mundo con el deseo de acabar sus días consagrado a la vida monástica en el convento de frailes donde se asila Leonor, sin que ninguno sepa de la existencia ni la identidad del otro.

Hasta el monasterio lo persigue el segundo hijo del marqués, don Alfonso quien, además, ha descubierto que don Álvaro es hijo de un virrey y de una princesa india sublevados contra España para restablecer el antiguo imperio de los incas. Don Alfonso desafía al enamorado de su hermana y el duelo se efectúa lejos del convento, entre las peñas abruptas, cerca del sitio donde se oculta Leonor solitaria y penitente. Don Álvaro hiere de muerte a su enemigo y éste, moribundo, pide un confesor.

Leonor reconoce la voz de su hermano y acude en su auxilio. Don Alfonso, creyendo que ella y su enamorado viven como amantes en aquel lugar, antes de expirar mata a su hermana de una puñalada. Don Álvaro, desesperado por su impotencia ante la fuerza del destino, se arroja a un precipicio.

Rasgos románticos de la obra

La obra es considerada por la crítica como el drama inaugural del teatro romántico español. No es casual, pues toca una gran variedad de temas: el amor, el honor, la venganza, la religión, la muerte, el héroe romántico y el sino.

De acuerdo a las reglas del Romanticismo en esta obra se privilegia el rol del héroe romántico don Álvaro, que aparece solitario, misterioso, y consumido por la pasión amorosa.

En este extremo se aprecia como tema fundamental de la obra al destino, entendido como "fuerza fatídica" que domina la vida del protagonista y de los demás personajes, que causa sus muertes, y que en el caso de don Álvaro le hace perder incluso a su amada doña Leonor, representando que el amor es vencido por el destino . El destino es mostrado aquí como un poder nefasto, igual a la fatalidad, ante el cual no es posible sustraerse ni oponer resistencia. Precisamente las violentas muertes de los personajes principales tienen como causante directo o indirecto a don Álvaro, que incluso se quita la vida al final de la trama reconociendo el poder del destino fatal sobre él.

Este suicidio final acentúa el carácter sombrío de la obra, caracterizada por el trágico fin de todos sus protagonistas

2. José  Zorrilla

Nació el 21 de febrero en Valladolid. Cursó estudios en las universidades de Toledo y Valladolid.

En el entierro de Mariano José de Larra leyó como homenare: " A la memoria del joven literato don Mariano José Larra" (1837), lo que le dio popularidad.

Fue miembro de la Real Academia Española en 1848. En 1850 viaja a Francia y en 1855 a México.

Cuando regresó a España, en 1866, comprobó que pese a la extraordinaria fama de su obra no podía cobrar derechos de autor. Vivió en la pobreza hasta que recibió una pensión del gobierno.

Falleció en Madrid el 23 de enero de 1893.

Su obra más conocida es Don Juan Tenorio. (1844)

Don Juan Tenorio

Don Juan Tenorio realiza una apuesta con don Luís Mejía que consiste en conquistar en un tiempo récord a una ingenua novicia y también a la novia de su enemigo Luis Mejía.
Don Juan Tenorio logra cumplir sus objetivos: engaña a la novia de su rival y rapta del convento a la noble muchacha doña Inés de apenas diecisiete años.
Pero sucede un hecho increíble: don Juan se enamora perdidamente de la ingenua Inés y decide pedir su mano a su padre don Gonzalo de Ulloa para casarse.
Don Gonzalo de Ulloa y don Luis Mejía van enfurecidos a la casa del seductor don Juan Tenorio para encararle su vil conducta al engañar a las dos ingenuas muchachas. Don Juan Tenorio se enfrenta a los iracundos caballeros, logrando matar a los dos.
El mujeriego don Juan huye despavorido, abandonando a doña Inés, quien muere de pena. A su regreso, después de cinco años, don Juan Tenorio, se encuentra con un panteón en lo que antes había sido su hogar, allí se encuentran enterrados sus víctimas y su adorada Inés, que murió de pena al saber que no podía estar con su amado don Juan.

Doña Inés también ha hecho una apuesta, pero con Dios: si ella logra el arrepentimiento de don Juan antes de su muerte, los dos se salvarán, pero si no se condenarán eternamente. Don Juan regresa a su casa y allí le aparece el espíritu de don Gonzalo para intentar conducirlo al infierno, pero entonces llega el espíritu de doña Inés y le ruega a don Juan que se arrepienta. La novicia gana la apuesta y los dos suben al cielo rodeados de ángeles, cantos e imágenes celestiales.

Rasgos románticos de la obra

- Lugares sombríos: se utiliza en esta obra un lugar tenebroso, solitario, como es el cementerio, donde cobran vida las esculturas.

- Amor imposible: hay un amor imposible entre don Juan y doña Inés. El amor imposible que surge hace que doña Inés muera de pena, porque Juan y ella no pueden estar juntos debido a que don Juan tuvo que huir a Italia después de matar a don Gonzalo y a don Luis, que aun muertos, le persiguen.

- Los protagonistas: el héroe es de familia noble y es un hombre solitario, propio de su tiempo; contrario a la tradición medieval, encarnada por don Gonzalo. La heroína se adapta a todos los cánones, tanto físicos como espirituales, y representa la inocencia y la virtud cristianas.

- Final trágico: la muerte de los dos enamorados marca el desenlace desdichado.

- Naturaleza dinámica: en esta obra, las acciones suelen ocurrir casi siempre por la noche.

- Misterio: las estatuas cobran vida, las sombras hablan, se da una idea idealizada del cielo y del infierno.

- Predominio del sentimiento sobre la razón: doña Inés estaba realmente enamorada de don Juan e intentaba evadir todo sentimiento que tenía hacia él.

- Amor y arrepentimiento: un pecador se salva por el amor de una mujer, al final de la obra cuando don Juan se salva gracias a doña Inés y, además, al final se arrepiente, que también es típico.

- Peleas callejeras y uso de antifaces.















viernes, 4 de noviembre de 2016

PROSA ROMÁNTICA. LARRA



El
 Romanticismo

El 
Romanticismo
 es
 un 
movimiento 
cultural
 que 
se 
desarrolla 
en
 Europa
 durante
 las 
primeras 
décadas 
del 
siglo
 XIX.
 Es
 una 
corriente
 que
 se 
contrapone
 a 
la 
Ilustración
 del
 siglo
 XVIII
 que
 exaltaba 
el
 uso
 de 
la
 razón.


El 
Romanticismo 
no
 confía 
en 
la 
razón,
 sino
 que 
es 
muy 
idealista 
y 
se 
basa 
en 
el
 poder
 de 
la
 pasión,
 de 
la
 imaginación,
 de 
lo 
irracional.


Algunas
 de 
las 
características 
más
 comunes
 del
 Romanticismo:

‐ Sentimiento
 de
 angustia 
e 
insatisfacción
 ante
 el
 mundo.
 Los 
románticos 
se
 sienten 
incompletos 
y
desgraciados.


‐ Desacuerdo
 con
 el
 mundo.
 Los
 ideales
 de
 libertad
 y
 felicidad
 de
 los
 románticos
 topan
 con
 la
 realidad
 cotidiana
 y
 sus
 ilusiones
 acaban
 en
 desengaño.


‐ Subjetivismo.
 El
 “yo”
 es 
el 
centro 
de 
la 
mayoría
 de 
sus
 obras.

‐ La
 libertad.
 Los
 románticos
 rechazan
 de
 las
 normas
 sociales
 impuestas
 por
 la 
burguesía 
y 
son 
los 
primeros
en 
hablar
 de
 democracia.


En
 España 
el
 Romanticismo
 se
desarrolla
 sobretodo
 durante
 la 
década 
de
1830
 y
 hubo
 un
 Romanticismo
 más
 conservador
 (Zorrilla)
 y
 un
 Romanticismo
 liberal
 (Mariano
José
de
Larra).


Mariano 
José 
de
 Larra
(1809‐1837)


Nació
 en
 Madrid
 en
 plena 
ocupación
 de
 Napoleón.
 Al 
retirarse
 Napoleón
 en
 1814,
 su
 familia
 se
 exilió
 a
 Francia,
 hecho
 que 
influye
 en 
la
 educación
 de
 Larra,
 más
 liberal
 que
 la
 española.
 Al
 regresar
 a
 España,
 continúa
 sus
 estudios:
 inicia
 la
 carrera 
de 
Medicina,
 pero 
la 
abandona. Su
 vocación
 de 
escritor 
es 
temprana.
En
1828,
 en 
pleno
 régimen 
absolutista
 de
 Fernando
VII, 
publica
 su
 primer
 periódico,
que 
fue
 censurado.
 Así
que
 vivió 
como
 traductor.
 En
1829 
se 
casa
 con 
Josefa
 Werther,
 pero
 el
 matrimonio
 es
 desgraciado
 y
 acaba
 en
 separación
 pocos
 años
 después.
 Conoce
 entonces
 a
 Dolores
 Armijo,
 mujer
 casada
 con
 la
 que
 vive
 un
 amor
 tormentoso
 y
 apasionado
 durante
 tres
 años,
 hasta
 que 
ella 
le
 deja 
y
 se 
va 
de 
Madrid.


En
 1832,
 Larra
 edita
 el
 periódico
 El
 Pobrecito
 Hablador.
 Allí
 empieza
 a
 firmar
 con
 el
 famoso
 pseudónimo
de
Fígaro.
Colabora
con
revistas
muy
 importantes
 y,
a
partir
de
1834,
 se
mete
cada
 vez
 más
en
política
a
 favor
de
las
ideas
liberales,
pero
 los
gobiernos
le
frustran
y
desilusionan.
 Su
 desengaño
 político
 y
 personal
 es
 cada
 vez
 mayor
y 
todo 
ello 
le 
lleva 
al
 suicidio
 en
 febrero 
de
 1837.

Larra 
es 
un
 personaje
 que
 encarna
 perfectamente 
el 
espíritu 
y 
personalidad
 del
 Romanticismo. 
Era 
un 
hombre 
inteligente,
 muy
 sensible,
 con
 un 
fuerte
 espíritu
 crítico
 y
 muy 
ácido.
 Es 
irónico
 y 
mordaz.

Su
 obra
 más
 importante
 son
 sus
 artículos
 periodísticos,
 en 
los 
cuales
 se
 mostraba 
siempre 
muy
 crítico.
Podemos 
distinguir
 entre
 dos
 grandes 
tipos 
de
 artículos:

                   ‐ Artículos
 de
 crítica 
política: 
Los
 dos
 temas
 principales 
de
 estos 
artículos
 son 
la 
libertad
 y
 la 
justicia. 
En
 ellos
critica
 la
 censura,
 el 
atraso
 cultural
 español, 
la 
gestión
 del
 gobierno…

                   ‐ Artículos
 de
 crítica
 social:
 Son
 artículos
 costumbristas,
 que
 hablan
 de
 aspectos
 de 
la
 vida
 cotidiana
madrileña, 
pero
 siempre
 desde 
un
 punto
de
 vista
 crítico.
 Larra
 señala
 en
 ellos
 los
 defectos
 de
 la
 sociedad
 y
 
 habla
 sobre
 la
 necesidad
 de
 ecuación
 y
 cultura,
 del
 progreso,
 del
 atraso 
respecto 
a 
los
 otros
 países
 europeos,
 de 
la 
hipocresía
 social, 
de 
la
 cursilería
 de
 mucha
 gente,
 de 
la
 poca 
afición
 al 
trabajo
 de 
los
españoles…

Leamos ahora algunos de esos artículos de Larra.

1. Nochebuena de 1836

En el siguiente artículo, " La Nochebuena de 1836" ,escrito al final de su vida, Larra se nos presenta desencantado de todas las ilusiones románticas que habían dado sentido a su vida. En este fragmento expresa con ironía desgarradora su desengaño amoroso. Apenas dos meses después, la decepción le llevó al suicidio.

´"El número 24 me es fatal; si tuviera que probarlo diría que en día 24 nací. Doce veces al año amanece, sin embargo, día 24; soy supersticioso, porque el corazón del hombre necesita creer algo, y cree mentiras cuando no encuentra verdades que creer; sin duda por esa razón creen los amantes, los casados y los pueblos a sus ídolos, a sus consortes y a sus gobiernos, y una de mis supersticiones consiste en creer que no puede haber para mí un día 24 bueno. El día 23 es siempre en mi calendario víspera de desgracia, y a imitación de aquel jefe de policía ruso que mandaba tener prontas las bombas las vísperas de incendios, así yo desde el 23 me prevengo para el siguiente día de sufrimiento y resignación, y, en dando las doce, ni tomo vaso en mi mano por no romperle, ni apunto carta por no perderla, ni enamoro a mujer porque no me diga que sí, pues en punto a amores tengo otra superstición: imagino que la mayor desgracia que a un hombre le puede suceder es que una mujer le diga que le quiere. Si no la cree es un tormento, y si la cree... ¡Bienaventurado aquel a quien la mujer dice no quiero, porque ése, a lo menos, oye la verdad!


a) ¿Por qué considera Larra que el día 24 es crucial en su vida? ¿ Qué tipo de actividades evita realizar ese día? ¿Por qué?

b) ¿Por qué el hombre elige creer mentiras? ¿Qué ejemplos pone para ilustrar nuestra tendencia a dejarnos engañar?

c) ¿Qué opinión tienen Larra sobre la sinceridad de las mujeres que se declaran enamoradas?

2. El castellano viejo
En sus artículos, Larra va más allá de la descripción costumbrista: el análisis de los tipos y situaciones le sirve para denunciar los defectos nacionales. Así, en "El castellano viejo", critica los modales primitivos y groseros de la burguesía.

A todo esto, el niño que a mi izquierda tenía, hacía saltar las aceitunas a un plato de magras con tomate, y una vino a parar a uno de mis ojos, que no volvió a ver claro en todo el día; y el señor gordo de mi derecha había tenido la precaución de ir dejando en el mantel, al lado de mi pan, los huesos de las suyas, y los de las aves que había roído; el convidado de enfrente, que se preciaba de trinchador, se había encargado de hacer la autopsia de un capón, o sea gallo, que esto nunca se supo: fuese por la edad avanzada de la víctima, fuese por los ningunos conocimientos anatómicos del victimario, jamás parecieron las coyunturas. «Este capón no tiene coyunturas», exclamaba el infeliz sudando y forcejeando, más como quien cava que como quien trincha. ¡Cosa más rara! En una de las embestidas resbaló el tenedor sobre el animal como si tuviera escama, y el capón, violentamente despedido, pareció querer tomar su vuelo como en sus tiempos más felices, y se posó en el mantel tranquilamente como pudiera en un palo de un gallinero.

3. Vuelva usted mañana

El artículo“Vuelva usted mañana”, desarrolla la visión liberal y progresista de Larra, preocupado porque España no avanzaba al paso de los demás países europeos. Este artículo critica la pereza de los españoles:

En este artículo Larra critica la pereza de los españoles para cualquier cosa y señala el concepto que por aquella época se tenía de los españoles, los extranjeros venían, la mayoría, atemorizados de que fuesen a ser asaltados por unos delincuentes o cuatreros.

Larra expone estas ideas por medio de una graciosa y curiosa anécdota que, como en todas las que Larra cuenta, está dotada de una gran dosis de ironía.

El asunto es que un buen día llegó a casa del autor un francés con unas valiosas cartas de recomendación de su país, este hombre pretendía realizar unas gestiones previas a su inversión de capital en negocios españoles. Sans Delai, que así se llamaba el hombre, le contó a Larra sus planes y según él todas las gestiones pertinentes la iba a realizar en 10 días, tras decir esto Larra se mofa de él y le dice que le invitará a comer el día que haya cumplido 15 meses de su estancia en España, el francés, como es de esperar, queda perplejo ante esa contestación y no le cree, pero poco a poco iba a hacerlo ya que al ir a realizar el primer papeleo que tenía programado para unas horas le dicen que tardará unos 3 días pero esto no es todo, ya que a los tres días le respondieron: “vuelva usted mañana” y al siguiente, y al siguiente, y así hasta 15 días, pero cuando estuvo hubo que repetirlo porque estaba equivocado y otra vez lo mismo.

Veamos un fragmento:

"Un extranjero de estos fue el que se presentó en mi casa, provisto de competentes cartas de recomendación para mi persona. Asuntos intrincados de familia, reclamaciones futuras, y aun proyectos vastos concebidos en París de invertir aquí sus cuantiosos caudales en tal cual especulación industrial o mercantil, eran los motivos que a nuestra patria le conducían.

Acostumbrado a la actividad en que viven nuestros vecinos, me aseguró formalmente que pensaba permanecer aquí muy poco tiempo, sobre todo si no encontraba pronto objeto seguro en que invertir su capital. Pareciome el extranjero digno de alguna consideración, trabé presto amistad con él, y lleno de lástima traté de persuadirle a que se volviese a su casa cuanto antes, siempre que seriamente trajese otro fin que no fuese el de pasearse. Admirole la proposición, y fue preciso explicarme más claro.

-Mirad -le dije-, monsieur Sans-délai -que así se llamaba-; vos venís decidido a pasar quince días, y a solventar en ellos vuestros asuntos.

-Ciertamente -me contestó-. Quince días, y es mucho. Mañana por la mañana buscamos un genealogista para mis asuntos de familia; por la tarde revuelve sus libros, busca mis ascendientes, y por la noche ya sé quién soy. En cuanto a mis reclamaciones, pasado mañana las presento fundadas en los datos que aquél me dé, legalizadas en debida forma; y como será una cosa clara y de justicia innegable (pues sólo en este caso haré valer mis derechos), al tercer día se juzga el caso y soy dueño de lo mío. En cuanto a mis especulaciones, en que pienso invertir mis caudales, al cuarto día ya habré presentado mis proposiciones. Serán buenas o malas, y admitidas o desechadas en el acto, y son cinco días; en el sexto, séptimo y octavo, veo lo que hay que ver en Madrid; descanso el noveno; el décimo tomo mi asiento en la diligencia, si no me conviene estar más tiempo aquí, y me vuelvo a mi casa; aún me sobran de los quince cinco días.

Al llegar aquí monsieur Sans-délai traté de reprimir una carcajada que me andaba retozando ya hacía rato en el cuerpo, y si mi educación logró sofocar mi inoportuna jovialidad, no fue bastante a impedir que se asomase a mis labios una suave sonrisa de asombro y de lástima que sus planes ejecutivos me sacaban al rostro mal de mi grado.

-Permitidme, monsieur Sans-délai -le dije entre socarrón y formal-, permitidme que os convide a comer para el día en que llevéis quince meses de estancia en Madrid.

- ¿Cómo?
-Dentro de quince meses estáis aquí todavía.
-¿Os burláis?
-No por cierto.
-¿No me podré marchar cuando quiera? ¡Cierto que la idea es graciosa!
-Sabed que no estáis en vuestro país activo y trabajador.
-¡Oh!, los españoles que han viajado por el extranjero han adquirido la costumbre de hablar mal siempre de su país por hacerse superiores a sus compatriotas.
-Os aseguro que en los quince días con que contáis, no habréis podido hablar siquiera a una sola de las personas cuya cooperación necesitáis.
-¡Hipérboles! Yo les comunicaré a todos mi actividad.
-Todos os comunicarán su inercia. (...)

-¿Para esto he echado yo mi viaje tan largo? ¿Después de seis meses no habré conseguido sino que me digan en todas partes diariamente: «Vuelva usted mañana», y cuando este dichoso «mañana» llega en fin, nos dicen redondamente que «no»? ¿Y vengo a darles dinero? ¿Y vengo a hacerles favor? Preciso es que la intriga más enredada se haya fraguado para oponerse a nuestras miras.

-¿Intriga, monsieur Sans-délai? No hay hombre capaz de seguir dos horas una intriga. La pereza es la verdadera intriga; os juro que no hay otra; ésa es la gran causa oculta: es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas.